La autoconfianza es la convicción de realizar todo lo que una persona se proponga ante las dificultades que aparezan.
Podemos distinguir tres niveles:
- Autoconfianza óptima. La convicción de la capacidad de alcanzar los objetivos fijados, asumir los errores de forma positiva para mejorar en un futuro, también se soporta la presión para estar 100% focalizado.
- En la baja autoconfianza las personas centran la atención en los puntos débiles mostrando una baja autoestima, incluso puede provocar rechazo a la participación (en algunos casos se sienten perdedores).
- El exceso de autoconfianza. Las personas sobrevaloran su nivel e infravaloran a los adversarios pensando así que no necesitan esforzarse. Ante esto se relajan y no focalizan en lo que están realizando, por lo tanto su rendimiento disminuye.
Algunos factores que afectan a la autoconfianza son el fracaso, la dificultad de aprendizaje, falta de apoyo o de preparación...
Algunas estrategias para estimular la motivación del deportista:
- Conocer los factores del deportista
- Experimentar el éxito
- Incrementar la percecpión del control
- Usar el refuerzo positivo y expresar aprobación
- Fijar objetivos alcanzables que supongan un reto
- Variabilidad en los entrenamientos.
- Comunicación positiva.
La motivación y la autoconfianza son claves en el deporte, pero si hablamos sobre todo de deportistas profesionales podemos ver que los mejores están en lo más alto por algo. Tener una buena salud mental es la base para poder motivarnos y tener confianza, incluso sirve de inspiración (en el caso de un entrenador).
El deportista debe ser humilde y realista para poder afrontar los retos que se propongan. El entrenador que lo dirige debe motivarlo y servirle de ayuda para ganar confianza o mantenerle los pies en la tierra.
